(Publicado en Plazademayo.com)
La ciudad de Mar del Plata tenía un único natatorio con agua de mar. Allí nació una historia que hoy, con la Pileta Royal abandonada y semiderruida, promete convertirse en leyenda. Se cuenta que un profesor enseñaba a sus alumnos arrojándolos a la parte más profunda de la pileta en la primera clase. Según él, todos salían nadando. Según sus víctimas, sólo los pocos que no huían aterrados para pasar el resto de su vida lejos del agua. La cuestión de las salidas transitorias de los detenidos tiene mucho que ver con esto. Algunos críticos del sistema parecen pretender que quienes cometieron un delito deben aprender a comportarse en sociedad. Y que, para eso, deben permanecer excluidos de ella hasta el día exacto en que cumplen su condena. Esto parece insensato, pero su alternativa no está clara. Por eso, se impone la pregunta siguiente: ¿pueden salir de prisión los presos mientras cumplen sus condenas?
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